Hemos intitulado así esta comunicación, porque el término Otomicosis, creado por el patólogo alemán Rudolf Virchow, ha sido consagrado para designar exclusivamente el desarrollo de hongos en el conducto auditivo externo. Cuando la miringe está intacta no es posible que esos parásitos pululen en la caja del tímpano. No han sido señalados como causantes de horadamientos, porque su conformación histológica no lo permite. Ello sólo es dable cuando preexisten fístulas o perforaciones que facilitan el paso hacia ella. En países tropicales, como Venezuela, son corrientes micosis cutáneas, excepcionales en nariz, faringe y laringe y de común observación en el oído externo. Debemos señalar, que fueron otólogos europeos: Mayer, de Munich, en 1844; Pacini, de Florencia, em 1851 y Kramer, de Zurich, en 1859, quiénes hicieron primiciales publicaciones de casos observados por éllos. Roberto Wreden, de San Petersburgo, hoy Leningrado, en 1868 escribió una monografía sobre lo que él conceptuaba como inflamación parasitaria del conducto auditivo externo y del tímpano, denominándola Myrongomicosis Asiergilar. Destacó que los hongos más frecuentemente encontrados eran los aspergillus nigricans y flavences y el othomyces purpúrea. Posteriormente otros, especialistas mencionaran el aspergillus furnigatus, el trichotecium roseum, othomyces Hageni y el ascophora elegans. Las especies más comunes en nuestro medio, en clientela privada y hospitalaria, de acuerdo con datos que nos han suministrado los Doctores: Dante Borelli, Professor Titular de la Cátedra de Microbiología de la Universidad Central de Venezuela y J. J. Gutiérrez Alfaro, Jefe del Laboratorio del Hospital Universitario de Caracas, son los seguientes, por orden de frecuencia:
Candida albicans Candida parapsilosis Candida tropicalis Aspergillus niger Aspergillus fumigatus Aspergillus flavis Aspergilli ssp.
En años recién pretéritos la presencia de estos parásitos contribuía a complicar y hacer fracasar técnicas de cofocirugía tipo Fenestración de Lampert. Tuvimos ocasión de tratar unos deuantos de nuestros compatriotas, que viajaron a Estados Unidos para hacerse operar por ese estacado cirujano otólogo o algunos de sus seguidores, en quienes, al regresar a la Patria o mismo New York, se hizo presente esa complicación, con características trágicas, porque perdían totalmente el beneficio de la intervención quirúrgica. También fué paciente nuestra una dama venezolana operada en Suiza, quién presentó similares desconveniencias. Con toda certeza, en todos ellos preexistían, veladamente, hongos en el conducto auditivo externo, que las maniobras quirúrgicas estimularon para desarrollarse y hacerse tangibles como patógenos. Relegada la Fenestración, eclipsada del escenario quirúrgico por el auge avasallador de las miringo y tímpanoplastias, con sus diversas modificaciones técnicas, pero todas siguiendo los principios de sus creadores Fritz Zöllner y Horst Wullstein, hemos podido comprobar fracasos de algunas de estas, originados por existencia de hongos, a pesar de haberse hecho correctos tratamientos antimicrobianos pre-operatorios para suprimir otopiosis, es decir, secar los oídos. Esas calamitosas secuelas obedecen a que en la siembra y examen de las secreciones óticas, se omite, no se piensa en hacer investigar la concurrencia de hongos sólo comprobable con debidas precauciones y use de medios de cultivo adecuados, precisos. Antiséticos aplicados localmente, antibióticos por via oral o inyectados y vacunas, ejercen positivamente acción curativa en infecciones por gérmenes microbianos, pero nó sobre hongos, enmascarando o impidiendo la proliferación de éstos, durante lapsos más o menos largos o cortos, reapareciendo con posterioridad, estimulando el desarrollo del pseudomonas auriginosa (bacilo piociánico), complicación molesta, porque contra él fracasan los medios terapéuticos antes nombrados o se torna muy difícil su eliminación. La terapia que señalamos luego, es igualmente eficaz contra él y como antimicótica, con la estricta condición de ausencia de procesos inflamatorios agudos, porque de lo contrario empeora la situación. Cuando las micosis eligen domicilio en el oído son muy tenaces, condición que obedece a la biología del parásito, el cual no se desarrolla en la superficie cutánea del conducto o de la mucosa de la caja del tímpano, sino que penetra bajo ellas, revelando su presencia con el desarrollo de micelios, que se acumulan, formando concreciones o tapones de color blanco o negruzco. La proliferación intradérmica o submucosa, hace que los tratamientos locales sean prolongados, porque el parásito desaparece, muere, no por acción directa de los fármacos sobre él, si nó actuando por agotamiento, al entorpecer contínuamente su incremento. La terapia local exige limpieza minuciosa del conducto auditivo y la caja timpánica, realizada con porta-algodones o aspiración, nó con irrigaciones acuosas que favorecen su proliferación debido a su índole vegetal. Como medicaciones antimicóticas "loco dolenti" han sido preconizadas en el decurso del tiempo, las seguientes: alcohol absoluto; mezcla de alcohol y glicerina en partes; alcohol boricado a saturación; alcohol absoluto seguido de insuflación de ácido bórico porfirizado; alcohol salicilado; solución de nitrato de plata, en diferentes concentraciones y alcohol de 60° yodado al 1% . Este ultimo, aunque su aplicación es dolorosa, es el que mejores resultados proporciona en las micosis del oído externo empero, al instilarlo en la caja del tímpano, es intolerable por ser lancinante, motivación por la cual los enfermos se oponen a repeticiones. Hemos obtenido apreciable porcentaje de buenos resultados con Acetato de metacresilo, medicamento que fué preconizado para las micosis cutáneas, por el prominente dermatólogo Marion Sulzbeger, de New York. En el oído lo usamos en solución oleosa, adicionada de esencia de clavos de especias. En casos rebeldes se substituye esa esencia por Timol. Poco doloroso es bien tolerado. Con la finalidad de facilitar el paso hacia la caja del tímpano a través de perforaciones y que llegue a sus reconditeces, hacemos maniobra de desplazamiento tipo Proetz sirviéndonos del espéculo auricular aspirador, tipo Siegle. Es buen indicio de penetración, cuando los pacientes dicen percibir gusto característico del fármaco, manifestación cierta de su paso a la faringe a través de la Trompa de Eustaquio.
1) Acetato de mecacresyl - 15 c.c. Aceite de olivas estéril - 50 c.c. Timol - 30 ctg.
Mz.
2) Acetato de Metacresyl - 8 c.c. Aceite de olivas estéril - 15 c.c. Esencia de clavos - 11 gotas
MZ.-
Resumen
Una micosis del C.A.E., puede contaminar el oído medio cuando existe una perforación del tímpano y por ende, hacer fracasar las timpanoplastias. Los autores recomiendan un procedimiento terapêutico fungicida, sarisfactorio.
Resume
A travers une perforation tympanique, une mycose du C.A.E. peut contaminer l'oreille moyenne et causer l'échec de tympanoplasties. Les auteurs recommandent une thérapeutique fongicide, satisfaisante.
Riassunto
Una micosi del C.A.E. puó contaminare l'orecchio medio quando esiste una perforazione del tímpano e causare l'insuccesso della timpanoplastia. Gli autori raccomandano una condotta terapêutica funghicida soddisfacente.
Summary
The authors discuss the mycosis in the middle ear, which is possible in case of drum perforation. They point out the failure of rympanoplasties due to fungous infection and recommend a fungicide satisfactory treatment.
Zusammenfassung
Die Entwicklung einer Mykose im Mittelohr ist bei einer Trommelfell perforation möglich. Es wird auf Misserfolg der Tympanoplastiken durchdas Vorhandensein der Pilze, und auf die beste Behandlung der Infektion, hingewiesen.
* I. de N. de la Academia Nacional de Medicina. Profesor de Clinica Otorrinolaringologica. ** Otorrinolaringologo del Hospital Central de las Fuerzas Armadas - Caracas - Venezuela.
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