Versão Inglês

Ano:  1940  Vol. 8   Ed. 6  - Novembro - Dezembro - (14º)

Seção: Trabalhos Originais

Páginas: 483 a 487

 

EL VIOLETA GENCIANA FENICADO EN EL TRATAMIENTO DE LA OTO-MASTOIDITES A PNEUMOCOCO MUCOSO

Autor(es): Dr. PEDRO REGULES (*)

1.° - UN ANTECEDENTE. - En Diciembre de 1935 nosotros hacíamos las curaciones a un enfermo que tenía una petrositis de etiología a pneumococo tipo III. Lo habíamos operado por la vía extra petrosa de la fosa temporal, encontrando un abceso extradural y la destrucción de buena parte de la lámina compacta de la cara anterosuperior del peñasco. Por el tubo de drenaje salía siempre buena cantidad de pus y las curaciones sucesivas daban cada vez más la convicción de que no se podía esperar una evolución favorable.

Estábamos en esa situación, cuando hablamos con el Dr. Estenio Hormaeche, Prof. de Bacteriología de la Facultad de Medicina y Sub-Director del Instituto de Higiene con el objeto de preparar un suero anti-pneumo III. En esas circunstancias el Prof. Hormaeche nos sugirió la Idea de usar en ese caso una solución de cristal violeta por considerarlo un agente muy poderoso contra ese microbio "in vitro". Además si se preparaba una solución fenicada, se debía de obtener aún mayor eficacia.

Hicimos en ese enfermo curaciones locales con una solución de cristal violeta fenicada al 1% , inyectándola con una sonda metálica hasta el foco dentro del peñasco e inundando bien la herida de líquido La supuración disminuyó inmediatamente; y a partir de 48 horas después, se vió con sorpresa que las gasas de la herida se quitaban casi limpias. Poco tiempo después, se podía retirar el tubo de drenaje con tranquilidad, colocado hasta el fondo entre meningea y canal semi circular superior, pues nada salía por él. Y la herida operatoria se dejó cerrar como todas las heridas hasta la curacion total.

Ante estos hechos clínicos, tuvimos la impresión clara de que el violeta genciana fenicado tenía también "in vivo" una acción tan activa y tan extraordinaria contra el pneumococo mucoso, como se la había descripto "in vitro".

Después la seguimos usando durante estos últimos anos y los hechos observados lo mismo que los resultados obtenidos han confirmado esa primera impresión.

2.° - VIOLETA GENCIANA FENICADA Y OTITIS A MUCOSO. - Para que el colorante pueda tener una acción eficaz, es indispensable que el líquido violeta tome contacto directo con todo el foco microbiano. Cualquier obstáculo mecánico, sobre todo si es infiltración, o fongosidad, que impida su difusión, deja al pneumomucoso libre de su influencia.

Por eso en la otitis a mucoso, diferenciamos dos tipos de membrana:

La membrana infiltrada con perforación pequeña a bordes en contacto, que es desgraciadamente el tipo más frecuente.

y la membrana rosada con perforación necrótica a forma circular, que es el tipo menos frecuente.

Ahora bien; se comprende perfectamente que si se instila unas gotas de violeta genciana fenicada en el conducto y se hace ligera presión con la pera de Politzer, en la otitis a mucoso con membrana del segundo tipo es fácil inundar la caja y vecindades, saliendo el líquido por las fosas nasales a traves de la trompa; el cambio, en las otitis donde predominan las infiltraciones como en el primer tipo de membrana, la inundación franca de la caja es una maniobra difícil y sólo se obtiene defectuosamente con paracentesis repetidas.

Consequencia: en nuestra práctica, las otitis a mucoso que llegan a la curación con este tratamiento son de preferencia las que tienen una amplia perforación circular y permanente que permiten mecánicamente la difusión del colorante.

Técnica. - Limpieza del conducto y secado cuidadoso de la secreción mucosa que sale de la caja a traves de la perforación; instilación de violeta genciana fenicada al 1%; presión suave con la pera de Politzer hasta ver el líquido pasar a la rinofaringe, do que se reconoce enseguida por la coloración. Curación una vez al día.

3.° - VIOLETA GENCIANA FENICADA Y MASTOIDITIS A MUCOSO. - La mastoidítis a mucoso tiene una indicación terapéutica impostergable: la mastoidectomía amplia. Pero la intervención no impide en absoluto la posibilidad de complicaciones ulteriores producidas por lesiones progresivas del mismo agente microbiano.

Para evitar esas complicaciones, se debe terminar el acto quirúrgico haciendo una aplicación de violeta genciana fenicada en la herida operatoria.

Dos hechos vienen en apoyo de esta práctica.

Cuando se termina la operación poniendo en la herida una curación corriente, aunque se apliquen antisépticos fuertes como yodoformo, gomenol etc., el control bacteriológico del exudado acumulado en las paredes de la herida varios días después, suele ser positivo al pneumococo tipo III.

En cambio cuando se termina la operación poniendo en la herida una curación impregnada de violeta, el control bacteriológico de la herida realizado varios días después, suele ser casi siempre negativo al pneumococo tipo III.

Y éste examen bacteriológico tiene un interés especial, porque nosotros hemos observado que todos los casos que han hecho una complicación grave ósea o endocraneana, han sido los que persistían con el microbio positivo en la herida operatoria. Esto no quiere decir, que la inversa sea cierta, es decir, que todos los casos positivos deban complicarse.

En cambio nosotros dejamos cerrar con tranquilidad la herida mastoidea que no da pneumococo mucoso al examen bacteriológico repetido.

Obtener pues, una herida estéril de este microbio, es un hecho de mucho interés para el pronóstico y eso se consigue con esta medicación.

Técnica. - El colorante debe tomar contacto directo con toda la superficie de hueso que pueda estar sembrada de pneumococo mucoso.

Para ello, una vez terminado el acto quirúrgico, se debe hacer una buena toilette del campo operatorio, quitando bien todos los coágulos para que la superficie limpia pueda recibir un baño de violeta genciana fenicado; el mechado corriente queda impregnado de esa coloración. A los tres o cuatro días se hace la primera cura en la misma forma. Después, se hace una cura con gasa estéril simple, para poder hacer el control bacteriológico de la herida, tomando del exudado que aparece en las grietas.

Si el resultado es negativo, se continúan las curaciones como en cualquier operado. Si el resultado es positivo, se debe aplicar de nuevo el colorante hasta conseguir de nuevo la desaparición del microbio. En estos casos esta medicación tiene un inconveniente: la herida no crece y se hace átona. Pero con su supresión y algún estimulante local, se llega al final después de dos o tres meses. Si el resultado es positivo y se repite también positivo, hay que observar la zona donde aparece el exudado y hay que pensar que alli continúa un foco microbiano en actividad, que se ha librado de la acción de la cureta y del violeta genciana, y que puede producir una grave complicación.

4.° - VIOLETA DE GENCIANA Y COMPLICACIONES DE LA OTO-MASTOIDITES A MUCOSO. - Una primera complicación es la propagación lenta en profundidad, dando la petrositis. Hemos dicho al principio, que fué ese nuestro primer caso. Después, hemos tenido varios casos de petrositis a pneumococo mucoso y hemos aplicado también en el post-operatorio el mismo tratamiento.

Si hay una cosa que hay que hacer resaltar bien, es que el violeta genciana es completamente inócuo para estos casos complicados, en los cuales amenudo hay que bañar de líquido los espacios interesados en contacto directo con los elementos endocraneanos.

Por otra parte es evidente que enseguida de aplicar esta medicación desaparece el microbio de la herida y se observa que las gasas de la curación se limpia en tal forma que se tiene pronto la impresión de una marcha favorable.

La otra complicación frecuente en este tipo etiológico, es la producida por la efracción de la tabla interna de la mastoide, dando en un primer grado el abceso extradural y luego el intradural. Aquí como en las otras localizaciones, el baño de la cavidad con violeta, después de la operación, consigue detener el proceso en su marcha progresiva y mantener esa zona estéril.

Tenemos a ese respecto un caso muy ilustrativo y que representa una verdadera experiencia de laboratorio.

Los puntos importantes de este caso y que nos interesan son los siguientes: oto-mastoidites a pneumococo mucoso, mastoidectomía amplia, curación con violetagenciana fenicada; control bacteriológico de la herida positivo repetidas veces; dos meses y cinco días después, dolor temporo parietal y fístula del tegmen antro, haciéndose una reoperación: enorme abceso extradural, resección de parte de las escama del temporal, paquimeningitis difusa, pus abundante que sale entre borde de hueso temporal y meníngea, facilitado con la introducción de una pinza que penetra hacia arriba unos siete u ocho centímetros paralelo al hueso y Regando a plena región parietal; pus del abceso con pneumococo mucoso y curación con violeta inyectada con sonda en la profundidad; después, el análisis practicado al exudado de esa cavidad profunda que sale por el trayecto de drenaje, a las cuarenta y ocho horas, es negativo para el mucoso, lo mismo que todos los controles repetidos posteriormente; el cierre de la herida lleva a la curación completa.

Los hechos clínicos que nos interesan hacer resaltar en este caso son los siguientes: 1.° había un enorme abceso endocraneano, muy extendido, que se puso quirúrgicamente en comunicación con el exterior; 2.° ese abceso era a pneumococo mucoso; y 3.° la inundación con violeta tranformó la secreción haciéndola estéril. Podemos decir que la acción poderosa de este colorante bien conocida por los bacteriólogos "in vitro", se realiza en este caso con la misma eficacia en ese abceso, que equivale a un verdadero tubo de ensayo "in vivo".

Estos son algunas de las consideraciones que nos sugiere la acción del cristal violeta fenicado sobre la infección oto-mastoidea y sus complicaciones a pneumococo mucoso.




(*) Profesor Agregado de Oto-Rino-Laringologia. (Montevideo)

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